Ryûsuke Hamaguchi ha sido uno de los nombres más sonados durante la temporada de festivales de cine en 2021. Y su último trabajo como director podría volver a escucharse con fuerza este año. El director japonés, nacido en 1978 en Kanagawa, lleva a sus espaldas nueve largometrajes, pero ha sido la adaptación de una historia corta del escritor Haruki Murakami el que le ha puesto en el punto de mira. Drive My Car, su película elegida para representar a Japón en los Oscar 2022 después de ganar el premio a Mejor guion en Cannes, llega a las salas de cine españolas este viernes, 4 de febrero.
«Mi productor es fan de Murakami y me propuso hacer una película de una historia corta», cuenta Hamaguchi a SensaCine en el Festival de San Sebastián sobre el origen del filme. «Le propuse la historia de Drive My Car, que había leído hace ocho años y me gustaba el tema: espacio cerrado, traslados, una conversación dentro del coche entre personajes…«. El relato de Murakami que sirivió de inspiración a Hamaguchi forma parte del recopilatorio de historias cortass Men Without Women.
En manos de Hamaguchi, el texto de apenas 40 páginas del escritor japonés se ha convertido en una película de tres horas de duración. Drive My Car sigue a Yûsuke (Hidetoshi Nishijima), un actor y director de teatro casado con una guionista. Su matrimonio es aparentemente feliz, pero esa percepción se destruye cuando su mujer desaparece dejando atrás un secreto. Tiempo después del suceso, Yûsuke ha conseguido seguir adelante con su vida, y acepta dirigir una obra de teatro en Hiroshima. Para trasladarse desde su lugar de residencia hasta el trabajo, la compañía le pone un coche y una joven chofer llamada Misaki (Tôko Miura).
ESPERANZA Y ARTE COMO PALIATIVO DE LA VIDA
Es ahí, en el interior de ese vehículo rojo en el que viajan a diario conductora y pasajero, en el que se dan conversaciones que llevan a la curiosa pareja a profundizar en sus presentes, sus pasados y las pérdidas en sus vidas. Hamaguchi transforma en Drive My Car un lugar tan cotidiano como ese en uno de los más valiosos y preciados en la historia de Yûsuke.

«Cuando creo un guion empiezo a partir de las conversaciones de los personajes, no de la historia. Doy mucha importancia a las conversaciones», explica el director. No solo en Drive My Car el interior de un coche se convierte en un escenario importante. En 2021, Hamaguchi también estuvo presente en los festivales con otra película: La ruleta de la fortuna y la fantasía, un filme de historias cortas en el que los espacios como este forman parte de la trama. La película se hizo con el Oso de Plata – Gran Premio del Jurado en el Festival de Berlín.
Cannes Día 5: ‘Drive My Car’, una película transparente, delicada y bellísima
Como explica Hamaguchi:
Me doy cuenta de que es diferente que dos personajes tengan una conversación en una cafetería o dentro de un coche. El coche está en movimiento y tiene una trayectoria limitada, lo que hace que la conversación se tenga que acabar antes de que se pare el coche. Se convierte en una conversación comprimida, compacta
Hay algo más que tienen en común Drive My Car y La ruleta de la fortuna y de la fantasía: que pese al dolor de sus personajes, hay siempre algo de esperanza. «Esperanza», repite Hamaguchi saboreando la palabra durante nuestra entrevista cuando le preguntamos sobre ello.
«Las dos películas se rodaron casi al mismo tiempo. En cuanto a Drive My Car, en Murakami vemos ese tema, que hay dolor en los personajes, pero también hay esperanza», explica el director. «He querido respetar esta política, o manera que tiene Murakami, y plasmarlo en la película. De alguna forma, inconsciente, se ha trasladado también a la otra película», refelxiona el director.

Hamaguchi no solo obliga al espectador a poner en valor cosas tan cotidianas en nuestro día a día, también subraya la cualidad del arte de convertirse en paliativo de la vida. En Drive My Car, su protagonista encuentra en su nuevo trabajo una forma de seguir adelante pese al dolor provocado por la desaparición de su mujer. «El tema del teatro, que los personajes y personas actúen, es importante porque pueden aprender muchas cosas a través de este concepto», afirma Hamaguchi.
Si Drive My Car dura tres horas -algo que en la actualidad parece más acorde a títulos protagonizados por superhéroes que para una película como esta y que pude provocar cierto rechazo en el público-, es por la intención de Hamaguchi de venerar el pequeño mundo que ha creado. «El tiempo de proyección se puede controlar como director, evidentemente, pero no lo quiero hacer porque quiero respetar la historia. Aquí lo importante es la conversación de los personajes«, comenta. «El resultado son tres horas. Lo siento mucho por esa gente».